CHARLA: CINE Y COMUNIDAD

Una escuela de cine es una comunidad. Una comunidad diversa y creativa, ansiosa por construir imaginarios que puedan representar e insertar las imágenes de ese pequeño grupo de jóvenes, en un universo mayor de imágenes de otras generaciones.

Las escuelas buscan encarnar sus imaginarios en nuevas formas y maneras. Sus proyectos van construyendo un campo de intervención de lo real, pues eso es lo que hacen las obras audiovisuales, permean nuestra percepción de lo real.

Nuestra selección para FECICOM fue justamente pensada desde esa perspectiva. Como una comunidad de estudiantes de cine y audiovisual, comienza a construir artefactos que enrarecen la mirada de lo real de su público.
 

Enrarecer, implica instalar una cierta novedad en la manera de construir las obras, o aprovechar temas y géneros ya reconocidos por el público, y torcerlos para encontrar nuevas percepciones en lo antiguo. Lo que ya sabemos o creemos saber, o mejor dicho lo que ya hemos visto y creemos controlar, puede volverse insumiso con un pequeño movimiento de cámara, con un cambio de ritmo de montaje, con una forma de actuación inesperada.
 

Lo nuevo y lo raro, son dos conceptos que poco a poco hemos ido instalando en nuestra escuela en el contexto de post pandemia. Pues ambos conceptos nos permiten volver a ver las cosas desde otras perspectivas. La industria de la imagen tiende a domesticarla, y con ello a tranquilizar a su público. En cambio, lo raro construye imágenes que desean escapar de lo familiar, lo transfiguran y nos ofrecen nuevas versiones de lo que ya creemos conocer, incluso de nosotros mismos. El presente siempre es raro.